Casa y cuerpo,
un lugar de encuentro en la creación artística feminista
House and body, a meeting place in feminist
artistic creation
Violeta Andreu Mediero
Universidad
Complutense de Madrid - España
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-6665-6438
Recibido: 14-03-2025
Aceptado: 14-06-2025
Resumen
Este
artículo es fruto de la investigación realizada en La casa en la creación artística y su relación con el feminismo (de
1970 a 2020) y, pretende poner de manifiesto cómo, partiendo de la casa y
el cuerpo en la creación artística visual, el feminismo ha contribuido a dar
visibilidad a las mujeres en estos últimos cincuenta años. Con él se prolonga
el intervalo temporal examinado desde los setenta hasta nuestros días. Mediante
una metodología cualitativa se han analizado dos proyectos artísticos de dos artistas
feministas relevantes españolas: Estibaliz Sádaba
Murguía y Verónica Ruth Frías. El análisis de ambas propuestas permite
contribuir a la discusión y fundamentación sobre la importancia del
feminismo en el arte visual de estas cinco décadas.
Palabras clave: feminismo,
casa y cuerpo, creación artística visual, Estibaliz Sádaba
Murguía, Verónica Ruth Frías.
Abstract
This article is the result of research conducted
in The house in artistic creation and its relationship
with feminism (from 1970 to 2020) and aims to highlight how, based on the
house and the body in visual artistic creation, feminism has contributed to
giving women visibility over the past fifty years. It extends the time period
examined from the seventies to the present day. Using a qualitative
methodology, two artistic projects by two prominent Spanish feminist artists: Estibaliz Sádaba Murguía and Verónica Ruth Frías,
were analyzed. The analysis of both proposals contributes to the discussion and
foundation of the importance of feminism in the visual arts of these five
decades.
Keywords: feminism, house and body, visual artistic
creation, Estibaliz Sádaba Murguía, Verónica Ruth Frías.
1.
Introducción
Este texto surge como
consecuencia de la investigación que se llevó a cabo en La casa en la creación artística visual y su relación con el feminismo
(de 1970 a 2020), editado por Ediciones Complutense en 2024 y que, además,
ha recibido el Sello de Calidad en Edición Académica CEA-APQ. En ella se
investigó la casa en la creación artística visual en esos cincuenta años en la
sociedad occidental y se pretendió, a partir de la reflexión, indicar
soluciones prácticas a aquellas personas que se planteen estos intereses
creativos. Todo ello unido a motivaciones relacionadas con la propia actividad
artística profesional de la autora.
Inicialmente se
partió de la afirmación de la casa como espacio esencial para que una persona
viva con dignidad y a su vez, de la creencia en la persona como habitante
indispensable para poder dar sentido a la casa. Se abordó la investigación con
una revisión del feminismo durante este periodo y a continuación, se
incorporaron a ésta, una serie de artistas implicadas con este movimiento social.
Posteriormente se continuó con un análisis conceptual y cronológico de gran
número de artistas relevantes en este marco espacio temporal. Se elaboraron una
serie de cronografías que relacionaron conceptual y cronológicamente artistas,
obras analizadas, acontecimientos relevantes feministas y otros hechos de
importancia histórica notable. Asimismo, se crearon tablas relacionales que
facilitaran la comprensión de este interés artístico con el feminismo. La
investigación abrió la puerta para futuros análisis.
Con este artículo se
continúa la senda iniciada entonces. Es, por tanto, consecuencia directa de esa
investigación académica y, cabe señalar, que también ha dado sus frutos
artísticos. Se ha visto necesario ampliar el análisis hasta el momento actual,
cubriendo así el periodo comprendido desde los años setenta hasta nuestros
días, cinco décadas de feminismo que han contribuido a dar visibilidad a las
mujeres. Se ha realizado una nueva aproximación conceptual entre la casa y el
cuerpo, ya que en la primera investigación se examinaron estos conceptos
reconociéndose la relación e incluso la identificación existente entre ellos.
Entonces se articuló la investigación desde la creación de arquitecturas y
esculturas basadas en el cuerpo humano o parte de él, para adentrarse
profundamente en la casa unida a la mujer, que fue la síntesis conceptual que
era de verdadero interés desde diferentes perspectivas. Estos enfoques fueron: la identificación de las mujeres con la
arquitectura; la denuncia del rol de las mujeres a través de utensilios
domésticos y la fusión e identificación de las mujeres con la casa.
De este modo, en este
texto se parte de la unión de cuerpo y casa con un enfoque feminista. Se
plantea aquí la pregunta de si el feminismo ha sido relevante a la hora de unir
la casa y el cuerpo como conceptos creativos en el arte visual, y si ha
visibilizado a las mujeres en las últimas cinco décadas. Por tanto, se extiende
el interrogante a si hoy en día, se sigue tratando esta unión conceptual y,
asimismo, si puede aportar un mensaje adecuado al momento social actual. Este
examen se ha centrado en la creación de artistas feministas contemporáneas de
nuestra geografía más próxima. Se ha de señalar que, como se indicó en las
conclusiones de la primera investigación, las implicaciones feministas en el
arte provenían principalmente de la mano de artistas mujeres y no de varones,
aunque se considere ideal que provengan de cualquier persona,
independientemente de su sexo o género.
Al combinar la
creación artística y cuerpo, se piensa inmediatamente en la performance o arte de acción como un
lenguaje idóneo, íntimamente unido al cuerpo por definición: se sirve del
cuerpo o de la presencia, del tiempo, del espacio y de la relación entre la
persona creadora y el público. Sin embargo, se ha preferido dar continuidad a
la expresión artística analizada en la investigación inicial y,
consecuentemente centrar el análisis en la creación artística visual. Es decir,
en este artículo, se hace una diferenciación clara entre los dos tipos de
creación, aunque la frontera entre ambos puede llegar a parecer difusa en otros
contextos ya que la denominación de arte visual como una expresión artística
podría integrar también a la performance.
En cuanto al
movimiento social feminista, en La casa
en la creación artística y su relación con el feminismo (de 1970 a 2020) se
realizó una revisión de las olas feministas acordes a este marco temporal. Este
artículo, al centrarse en el periodo entre 2020 a 2024, correspondería a la
cuarta ola feminista.
Se han seleccionado
dos artistas relevantes, Estibaliz Sádaba Murguía y
Verónica Ruth Frías, una vasca y otra andaluza, que plantean tanto cuestiones
comunes como distintas. Ambas son feministas y su trabajo se centra en la casa
y el cuerpo humano. A pesar de que sus obras se enmarcan en las artes visuales,
hay que señalar que, ambas son también artistas de acción o performers.
Al realizar una
revisión doctrinal del tema tratado en este medio siglo, se comprueba que la
mayor parte de la literatura disponible sobre estos conceptos, ofrece una
información tangencial, a pesar de confluencia de datos relacionados. Ninguna
publicación proporciona una información completa sobre las artes visuales
actuales que se centren en la casa y el cuerpo, o investiguen la obra visual de
las artistas tratadas.
Así, desde la
arquitectura, hay referencias como la de Atxu Amman
Alcocer, quien con El Espacio Doméstico:
La mujer y la casa, en 2005, investiga el papel que las mujeres han tenido
en la historia construyendo una genealogía del espacio doméstico. En cuanto al
punto de vista del arte y el feminismo, en 2009 se señala el artículo “Las
artistas que leyeron a Beauvoir: Encuentros y
disidencias”, de la Catedrática Marián López Fernández Cao, investigadora
especializada en arte, feminismo, arteterapia e
inclusión social, en el que propone distintas lecturas de la obra El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir y, analiza la obra de tres mujeres artistas. En
2017, la misma Estibaliz Sábada Murguía, investiga
los años sesenta y setenta del siglo XX en su tesis doctoral Espacio doméstico, cuerpo domesticado:
una aproximación al ámbito doméstico desde la práctica artística feminista. Se
centra en una serie de mujeres artistas que trabajan la reclusión doméstica
como tema principal de su obra. El enfoque de Murguía y el de este artículo,
difieren, ya que esta investigación parte de un análisis del momento feminista
que vivimos para, a través de la casa y el cuerpo, adentrarse en dos proyectos
de dos artistas feministas, —incluida ella misma y otra artista española—, que
se analizan buscando afinidades y desencuentros a través de estos conceptos. En
2018, la investigadora Vanesa Cejudo, en su artículo “Una habitación propia
para las mujeres en las artes visuales”, muestra formas de crear feministas en
las artes visuales con el eje central de la asociación Mujeres en las Artes
Visuales (MAV) y otros ejemplos internacionales. Y ya en 2025 la curadora o
comisaria artística Semíramis González, ha publicado
recientemente “Desmantelar la casa del amo: el cuestionamiento del espacio
doméstico en el trabajo artístico de Costa Badía y el
colectivo Offmothers”, cuya investigación se centra
en el espacio doméstico asociado a roles de género desde los años setenta,
analizando la obra de Badía y Offmothers.
Se confirma la
intención de llenar este hueco en la investigación artística visual feminista
que, a través de un enfoque conceptual casa-cuerpo de estas dos artistas
seleccionadas, afirme cómo el feminismo de estos cincuenta años ha visibilizado
a las mujeres a través de este lenguaje, en la lucha por la igualdad.
Asimismo, se deja vía
libre para que, con este tipo de planteamiento artístico, se pueda seguir
investigando en pos de nuevos caminos y logros para la obtención de la igualdad
real en esta aún, sociedad patriarcal. Para conseguirla, hay que enfrentarse al
patriarcado desde cada rincón del orden social y, esto supone enfrentarse a la
visión de la vida que implica creencias profundas sobre el ser (De Miguel,
2022). Una ardua lucha.
2.
Objetivos
El objetivo general
de este artículo es investigar si el feminismo ha sido relevante a la hora de
unir la casa y el cuerpo como conceptos creativos en el arte visual, y ha
visibilizado a las mujeres en las últimas cinco décadas.
Los objetivos
específicos son examinar si a día de hoy, el feminismo visibiliza a las mujeres
en esta unión conceptual artística, aportando un mensaje adecuado al momento
social actual en la sociedad española; dar continuidad a la investigación
llevada a cabo en La casa en la creación
artística visual y su relación con el feminismo (de 1970 a 2020) y
prolongar el periodo temporal hasta la actualidad; analizar diferentes enfoques
feministas de identificación del cuerpo o parte de él con la casa, los
encuentros y desencuentros en los puntos de vista de dos artistas relevantes
actuales de nuestra geografía; contribuir al desarrollo de una historiografía
feminista del arte en el contexto de nuestro país y divulgar el conocimiento
feminista de estos últimos cincuenta años.
3. Metodología
La metodología
empleada es cualitativa, a partir de un método inductivo, estableciendo
principios generales desde casos particulares. La técnica empleada en esta
metodología es analítica-sintética. De esta manera se ha generado una
continuidad con la empleada en la investigación llevada a cabo en La casa en la creación artística y su
relación con el feminismo (de 1970 a 2020). Aunque en este caso, al
tratarse de dos artistas actuales, se ha contado con entrevistas orales y
escritas realizadas a ambas como fuentes primarias.
La primera
investigación dio comienzo con una revisión del feminismo y sus fases, llamadas
olas, desde sus inicios, para proceder a un análisis de artistas feministas
que, desde los años setenta, se valieron de la idea de casa en sus creaciones
artísticas para manifestar sus reivindicaciones feministas. Posteriormente, en
una segunda parte se desestructuró el objeto casa para proceder a su
comprensión. La casa como idea creativa se dividió en diferentes partes, en
concreto, diez conceptos que responden a distintas aproximaciones artísticas:
forma, espacio, color, objeto, acción, aislamiento, intimidad, mujer, denuncia
y violencia. A continuación, se analizaron las obras de artistas relevantes,
mujeres y varones, que habían trabajado con la casa como idea y esos conceptos
o intereses creativos, en esos cincuenta años, para determinar la relación que
el movimiento feminista pudo y puede tener en la creación artística objeto de
la investigación. Este análisis se realizó desde un enfoque conceptual, según
diferentes acercamientos a la idea de casa y, surgieron grupos coincidentes
como: casa y forma, casa y espacio, casa y color, casa y objeto, casa y
aislamiento, casa e intimidad, casa y mujer, casa y denuncia: sin casa y, casa
y denuncia: violencia y mujer. Que una persona y una obra fueran seleccionadas
dentro de una de estas aproximaciones, no significó que fuera el único interés
existente. En muchas ocasiones, se interesaban por dos o más conceptos a la
vez, produciéndose hibridaciones conceptuales. Desde el inicio se creó una
cronografía que fue aumentando en datos a medida que avanzaba la investigación.
Asimismo, la casa y el cuerpo se analizaron unidos a la casa y la mujer, pero
solo hasta 2020.
Este texto comenzó
con una aproximación al momento actual del feminismo, la llamada cuarta ola
feminista, y a la creación artística visual feminista basada en la casa y el
cuerpo. Para ello se eligieron dos artistas feministas relevantes del panorama
actual español, indistintamente de su sexo o género. Esto supuso la
continuación metodológica de la primera investigación, donde se analizaron dos
artistas relevantes por concepto. A diferencia de la investigación inicial,
centrada entre los años 1970 a 2020, la elección temporal se ha prolongado
desde 2020 a 2024.
Se ha amplificado así
la labor comenzada con la citada investigación para seguir tejiendo una red
conceptual y cronológica de interconexiones, una red de conocimiento. Se ha recurrido
a fuentes primarias para conocer las distintas opiniones de las artistas:
entrevistas y escritos; y a la hermenéutica, recurriendo a textos y a fuentes
iconográficas. Se seleccionaron libros de lecturas transversales de
arquitectura, sociología, filosofía, feminismo y de creación artística y
literaria, para realizar un análisis desde distintas disciplinas. Se trata, por
tanto, de una investigación interdisciplinar.
La aportación más
significativa de esta investigación ha sido demostrar que la relación de la
práctica artística sobre la casa, el cuerpo y el feminismo, ya entrada la
primera veintena del siglo XXI, —y teniendo en cuenta los cincuenta años
investigados en la anterior investigación—, mantiene un potencial expresivo que
se adecúa a las necesidades de las mujeres actuales en esta sociedad.
Se incide en los
papeles individuales de las personas creativas para que la mujer sea
considerada en la creación artística sobre la casa, con nuevas propuestas
positivas dentro de un discurso de igualdad, adecuado a las necesidades
sociales actuales. De esta suerte, se ha dejado un camino abierto a las
personas que, independientemente de su sexo y género, quieran aportar nuevas
investigaciones desde la casa y el cuerpo.
4. Resultados
4.1.
El contexto feminista y el arte visual: la casa y el cuerpo
Ya en la cuarta ola
feminista e inmersas en la lucha por la obtención de la “igualdad real”
(Varela, 2019: 167), la agenda se ha centrado en varios problemas de este siglo
y pretende terminar con la violencia de género, que no es sino la máxima
manifestación de desigualdad entre varones y mujeres y, erradicar los vientres
de alquiler y la prostitución. No obstante, se ha de tener presente que, “la
agenda del feminismo está abierta por páginas diferentes en cada lugar de este
mundo” (Valcárcel, 2020). Y cierto es que, como indica la filósofa y escritora
Alicia Miyares, “no siempre los rasgos que definen
una u otra ola feminista residen en la agenda o vindicación de actuaciones u
objetivos concretos […]” ya que “existen trampas conceptuales, políticas y
culturales que impiden la efectiva igualdad entre mujeres y varones” (Miyares, 2021: 112).
La cuarta ola pasa
por el ciberfeminismo, el ecofeminismo, el
transhumanismo o el posthumanismo. Y según las palabras de Miyares,
se enfrenta a un feminismo emocional o transfeminismo, que considera que supone
un retroceso en la obtención de la igualdad de las mujeres (Miyares,
2021). Pero como bien indica la periodista y escritora feminista Nuria Varela,
la igualdad implica autonomía y posibilidad de elección, las mujeres han de
estar presentes en los pactos y en las tomas de decisiones ante conflictos: han
de ser escuchadas con credibilidad y respeto (Varela, 2019). En este tiempo han
de ser aceptadas las diferentes identidades y además, a sabiendas de que “lo
cultural es político” (Cameron, 2019: 145), se sabe que la transformación
cultural ha de ir unida a una transformación económica. Se habla de una
revolución cultural que por fin, tiene en cuenta a la mitad de la población que
ha estado silenciada a lo largo de la historia, y se promueve la cultura
feminista de mujeres que han luchado por sus derechos desde distintas
disciplinas.
En esta ola, en
España fue de gran importancia el Tren de la Libertad, en el que el feminismo
salió a las calles para “exigir la erradicación de la violencia de género”.
También en 2017, fue de gran relevancia el movimiento iniciado de forma viral
en las redes sociales, #MeToo, que “surgió
con la idea de visibilizar todo tipo de agresiones sexuales” (Blanco García y
Aguado Cabezas, 2023: 2). Tuvo tal impacto social que el acoso y abuso sexual,
se debaten desde entonces en los entornos artísticos y políticos de un gran
número de países.
En este artículo se
ha continuado la labor de lucha por la igualdad real visibilizando la obra de
estas artistas, divulgando su trabajo para construir nuevos modos de pensar
desde las artes y la investigación, como afirma la socióloga española feminista
y crítica de cultura visual Vanesa Cejudo: “uno de los ejes fundamentales para
poder luchar por la igualdad en el sector de las artes, es mostrar el trabajo
realizado por las creadoras, alimentando los relatos, y generando imaginarios
que nos permitan construir diferentes maneras de pensar y de estar en sociedad”
(Cejudo, 2018: 30).
La relación de la
casa y el cuerpo es histórica y, como afirma la investigadora y artista Lorena
Amorós Blasco (2012): “Desde una perspectiva iconográfica, la relación
cuerpo-casa/casa-cuerpo, continúa siendo una constante discursiva en el imaginario
artístico y femenino contemporáneo”, es decir, esta relación persiste en la
actualidad. Los atenienses relacionaron directamente ambas cosas y, no es que
edificaran viviendas con forma humana (Sennett,
2019), como sí se ha visto en la pasada investigación que han hecho en
escultura o arquitectura en occidente en los últimos cincuenta años, sino que
se inspiraron en la fisiología del cuerpo para crear formas urbanas. El
Partenón, fue edificado con medidas diferentes a las de otros templos ya que en
su interior debía albergarse la figura enorme de Atenea Partenos,
diosa de la guerra (Ibídem).
En este análisis, la
relación casa-cuerpo se ha enfocado, no desde la imitación formal del cuerpo,
sino desde él, con una perspectiva feminista, bien del cuerpo como lugar de
investigación de la casa; bien una parte del cuerpo como casa del conocimiento
no sesgado y feminista. Así se plantea en ambos casos la cultura feminista como
puerta al empoderamiento desde dos conceptos simultáneos en la creación
artística visual. Como anota el arquitecto Pallasmaa
(2018: 98): “[…] el mundo existencial tiene dos focos simultáneos: el cuerpo y
el hogar. Nuestro domicilio es el refugio del cuerpo, la memoria y la identidad”,
a lo que habría que añadir que es también el cuerpo quien hace de casa de
nuestra memoria y nuestras identidades.
Las mujeres, a través
de su cuerpo en el discurso artístico feminista, se posicionan en su nuevo
espacio respecto a la casa y, esto refleja la situación actual de las mujeres
en la sociedad: ya salieron del domicilio para estudiar, trabajar y
empoderarse. Su punto de partida es la cultura y reflexión feminista, para un
empoderamiento equitativo con todas las personas que participan en la sociedad.
El arte visual
contemporáneo no es ajeno a estos avances sociales. Muy al contrario, la
creación artística, tanto visual como performática,
viven un momento de consciencia e implicación feminista importante, en concreto
en España. Para investigar estos enfoques y puesto que se continúa con un
análisis del arte visual, se han seleccionado dos artistas actuales, ambas
españolas, Estibaliz Sádaba Murguía y Verónica Ruth
Frías. Las dos son artistas relevantes en el panorama artístico visual y de
acción o performance, y se valen del
cuerpo propio o de otras mujeres para sus creaciones visuales y performáticas.
4.2.
Estibaliz Sádaba Murguía o cómo habitar el cuerpo
Estibaliz Sádaba Murguía (Bilbao,
1963), artista visual, performer e
investigadora, centra su trabajo en “el cuerpo de las mujeres y los espacios
que habitan” (Sádaba Murguía, 10-12-2024) y además, relaciona raíces culturales
con el momento actual siempre desde una perspectiva de género. Para este
artículo se ha elegido solo un proyecto artístico, Habitar el cuerpo, perteneciente a la exposición (Re)construcciones domésticas, expuesta
en la Sala Pardo Bazán del Museo Lázaro Galdiano en
2024, en la que presentó una serie de fotografías y un vídeo (Figura 1). El
proyecto ha sido mostrado en diferentes soportes (telas y papel) y según anota
la bilbaína: “visibilizan la reclusión de las mujeres en el espacio doméstico a
lo largo de la historia y el trabajo que realizan en él, así como los papeles
que socialmente hoy siguen desarrollando” (Sádaba
Murguía, 10-12-2024).
Sádaba
Murguía, afirma en la entrevista que ha explorado y explora el cuerpo como
lugar de experimentación e investigación desde una mirada feminista y, en esta
ocasión, partió de unas pinturas de Giotto en la
capilla de Scroveni (Padua) e incluyó en su discurso
artístico una obra de la colección del museo: Los Reyes Católicos con Santa Elena y Santa Bárbara (1500 ca) (Figura 2).
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Figura 1. Estibaliz Sádaba
Murguía, Habitar el cuerpo, vista general de la exposición en el Museo Lázaro Galdiano, 2024 |
Figura 2. Maestro Manzanillo, Los Reyes Católicos
con Santa Elena Y Santa Bárbara, óleo, 1500 ca |
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Fuente: cortesía de la artista. |
Fuente: Museo Lázaro Galdiano[1]. |
La artista se valió
de una parte específica del cuerpo humano, de la espalda de otras mujeres
(Figura 3 y Figura 4), para tatuarles sobre su piel el dibujo de una casa, en
concreto, la casa que es portada por donantes en el cuadro del Maestro
Manzanillo. Quienes llevan esta edificación son Santa Elena y Santa Bárbara y,
según afirma la bilbaína, esta casa le pareció como “una cárcel o espacio de
opresión que había que destruir” (Sádaba Murguía,
10-12-2024).
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Figura 3. Estibaliz Sádaba
Murguía, Habitar el cuerpo, fotografía del
proyecto, medidas variables, 2020-2024 |
Figura 4. Estibaliz Sádaba
Murguía, Habitar el cuerpo, fotografía del
proyecto, medidas variables, 2020-2024 |
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Fuente: cortesía de la artista. |
Fuente: cortesía de la artista. |
Ya en varias
ocasiones, Sádaba Murguía, había estado interesada
por la figura de donante de casa y, asimismo, había empleado esta manera de
transmitir sus ideas a partir de tatuajes sobre partes del cuerpo humano. Según
indica Álvaro Granada, el tatuaje simboliza la marca imborrable que estas
mujeres portan realizando una metáfora con el espacio doméstico al que,
históricamente, fueron relegadas y anota que, la artista invita así a la
reflexión sobre el lugar que ocupan las mismas hoy en día (Granada, 2024).
Mediante los tatuajes, Sádaba Murguía emplea el
cuerpo como un lienzo, un espacio de experimentación en el que relaciona la
memoria y las interacciones entre los ámbitos públicos y privados. La bilbaína
construye así discursos entre lo académico y lo artístico, integrando la teoría
y el activismo feminista. De este modo une su trabajo artístico con ciertos
temas abordados en su tesis doctoral Espacio
doméstico, cuerpo domesticado, creando nuevas formas de entender la cultura
contemporánea, según sus propias palabras.
Con Habitar el cuerpo, Sádaba
Murguía transmite conocimiento relacionando espacio y memoria y, desde los
conceptos casa y cuerpo, permite reflexionar sobre “cuál es la presencia de las
mujeres en el espacio doméstico”, según expresa ella misma y ratifica el economista
y codirector de la World Inequality
Database (WID.WORLD) Thomas Piketty
(2021), “la difusión del conocimiento siempre ha sido la herramienta central
para lograr la igualdad real […]”.
4.3.
Verónica Ruth Frías: el cuerpo como casa del conocimiento
Verónica Ruth Frías (Córdoba, 1978), es una artista visual
y de acción que, según afirma ella misma en el statement de su web (Frías,
2020), cuestiona el papel de las mujeres en la sociedad en la actualidad y,
ratifica su postura en un mundo de varones. Asimismo, suele añadir un toque de
humor e incluso un toque gamberro en su lenguaje (Ibídem).
Se ha seleccionado el
proyecto Womanhouse[2],
que se compone de dos elementos: una fotografía y una instalación. Según relata
la artista, “[…] esta obra surge como consecuencia de un encargo realizado
por otro artista, Girafa Rey, para una obra escénica”
(Frías, 13-01-2025). Inicialmente la pieza constaba de un vídeo en el que una
de sus hijas le iba poniendo libros sobre la cabeza. A partir de ahí,
desarrolló la idea creativa hasta su consolidación y, fue entonces, cuando creó
la imagen fotográfica (Figura 5) y la instalación de la pequeña casa creada con
libros feministas que conforman la obra Womanhouse (Figura 6).
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Figura 5. Verónica Ruth Frías, Womanhouse, fotografía,
impresión inkjet sobre papel de algodón, edición 1/ 5
copias + PA, 90 x 60 cm, 2020 |
Figura 6. Verónica Ruth Frías, Womanhouse, instalación de
libros, medidas variables, 2020 |
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Fuente: cortesía de
la artista. |
Fuente: cortesía de
la artista. |
No obstante, la pieza
ha ido desarrollándose y adquiriendo otra dimensión al ir siendo expuesta en
diferentes lugares: Galería Isabel Hurley (Málaga), Est_ART Space Gallery
(Madrid) y, más adelante, en el Festival Plataforma, Festival de artes performativas (Galicia). Además, ha sido expuesta en Sala del Rectorado de la
Universidad de Málaga, Galería Lucía Dueñas (Oviedo) y el Centro de Arte La
Regenta (Las Palmas de Gran Canaria).
La obra muestra la
metáfora de una casa-cobijo que, al abrazar su cabeza, abraza a todas las
mujeres. La cabeza es la parte del cuerpo representativa del discurso que
transmite Frías: la mente de las personas y, en concreto, la de las mujeres. Es
una casa de conocimiento y saber feministas bien adherida a la cabeza de la
artista como habitante de esta, que ocupa todo su espacio en representación de
las mujeres. La fotografía que se muestra en la Figura 6, la casita sobre fondo
negro es parte del proceso de documentación de la instalación de Womanhouse.
La cordobesa apiló
una serie de libros para construir esta casa del conocimiento feminista, que
brinda la formación e información, para que las mujeres puedan reflexionar
(Frías, 2025). Lo hizo en la primera aproximación a la obra mediante la performance en la que intervino su hija
y posteriormente, de forma individual, seleccionando los libros y
manteniéndolos alrededor de su cabeza con el plástico envolvente. El
apilamiento es un método natural de construcción de cobijo, que marca un hilo
conductor hacia los comportamientos básicos que se observan en la naturaleza.
Así lo apunta la artista argentina Laura Lío, quien en el libro Refugios del cuerpo y la imaginación,
distingue el método del apilamiento como método de construcción muy utilizado
por las aves: implica recoger el material y llevarlo hasta el lugar donde se
creará el nido o refugio (Lío Martorelli,
2023). Es decir, Frías empleó un método de apilamiento para refugiarse y crear
su espacio, un espacio propio que ya anunció Virginia Wolf, donde poder
desarrollarse y crecer.
La andaluza se rodea
de biografías de mujeres y libros feministas que no se han tenido en cuenta en
otro tiempo y a los que hay que recurrir. Estos libros no son títulos que la
artista quisiera nombrar específicamente, sencillamente cumplen por ser
feministas. Como bien anota la filósofa Ana de Miguel, hay que tener cabeza y
aprender de nuestra historia (De Miguel, 2022: 34), porque con todas esas
mujeres, estamos cambiando la “autoconciencia de la humanidad”. Se entiende que
esas mujeres puedan ser filósofas, artistas, escritoras… etc.
En la obra de Frías,
ese pequeño refugio tan unido al concepto de cabaña o casa pequeña supone, un
modo de conseguir que las mujeres estemos despiertas, conociendo lo que
acontece a nuestro alrededor. Esto concuerda con el pensamiento del filósofo
Gilles A. Tiberghien, quien ya señaló que “La cabaña
nos hace estar en alerta, en sintonía con lo que nos rodea” (Tiberghien, 2017: 43). A su vez, es muy interesante
recordar las palabras del arquitecto Juhani Pallasmaa (2016: 113) quien afirma que “[…] la arquitectura
es una extensión de nuestras facultades tanto físicas como mentales”.
Precisamente, esto es lo que se ha observado en Womanhouse: la casa como extensión del conocimiento; pero, además, hay que
añadir que, en la lectura de esta obra, el conocimiento es generador del
espacio de las mujeres a través de su cuerpo. Estos libros portadores del
verdadero conocimiento, —el que incluye a las mujeres, a ese cincuenta por
ciento de la humanidad al que se ha silenciado a lo largo de la historia—,
permiten hacer crecer mentalmente a las mujeres. Esto, por tanto, implica
alcanzar la libertad intelectual, que como se sabe, es dependiente de lo
material (Wolf, 2019). Todo va unido.
Otro hecho a resaltar
en la obra fotográfica de Frías (Figura 5), es su mirada firme y directa al
público que la está observando: mira de frente, con un rostro aparentemente
inexpresivo, lo cual supone un desafío, entereza y empoderamiento. Se enfrenta
de cara a las palabras de la catedrática de Arte Contemporáneo Estrella de
Diego, cuando afirma que “[…] las mujeres sobre el escenario, pese a ser
poderosas, de eso no cabe duda, no miran, o no tienen, al menos, una mirada
registrada históricamente” (Diego, 2011: 142). A su vez, es la catedrática de
Educación Artística Marián López Fernández Cao la que nos habla de la
diferencia entre la mirada de varones y mujeres en las obras de arte y, afirma
que son los hombres quienes miran directamente en los cuadros y no las mujeres
(López Fernández Cao, 2000). López Fernández Cao (2000: 32) incluso señala: “Las
leyendas y mitos nos recuerdan lo peligroso de la mujer que mira, porque
revierte el paradigma dominante y se convierte en mujer fatal”. Esta afirmación
tiene cierto paralelismo con la mirada de Medusa, como anota a continuación
López Fernández Cao que, como el mito, afirma, convertía en piedra a aquellos
que la miraban a los ojos. Medusa en griego significa “guardiana, protectora”,
y como tal, también se la percibe con su casa de libros alrededor. En concreto,
se ha observado una consonancia con la Medusa de Frederick Sandys
(Figura 7). Dos miradas de frente, con grandes ojos claros abiertos, que miran
al público. Medusa, con su cabello y serpientes rodeándole la cabeza; Frías,
habitando la casa del conocimiento, rodeada de libros y un plástico envolvente.
Ambas imágenes otorgan, de alguna manera, un poder que no tienen los varones.
La artista cordobesa mira empoderada desafiando al pasado y apostando por un
presente que es futuro, pero también buscando la mirada de la persona que la
observa, al igual que la artista Sophie Calle, que
como anota López Fernández Cao, en su obra, la mirada de la otra persona llega
a ser la esencia (López Fernández Cao, 2009).
En cuanto a la
instalación de la pequeña casa de libros, se advierte el hecho de que la
artista no otorgue importancia a que sean unos libros concretos los que forman
parte de ella: esto le confiere a la pieza dinamismo, fluidez y apertura al
refugio. Esta circunstancia se prevé cambiante, a pesar de estar sujeto con esa
cinta plástica a la cabeza humana en la parte fotográfica de la pieza. En este
sentido se piensa en un hogar temporal, una posada en el camino (Bauman, 2014). Pero también recuerda la afirmación,
aparentemente contradictoria, del filósofo y crítico de arte Tiberghien (2017: 33) quien afirma: “[…] la casa y el hogar
son duraderos y están cargados de historia […]”.
Womanhouse se
percibe como una iniciativa prometedora que requiere tiempo y una dirección
adecuada para alcanzar el poder y el liderazgo que, como dice Sheryl Sandberg, economista,
autora y directora operativa de Facebook hasta 2022, no hay ninguna duda de que
las mujeres tienen capacidad para ejercerlo (Sandberg,
2016). Este empoderamiento implica un cambio en las relaciones de poder actuales
(Barry, 2020). Hay que anotar que, en estos cambios, la lucha por la igualdad
real por parte de las feministas no busca compartir la opresión o la
explotación que, sin embargo, sí ejerce el patriarcado sobre las mujeres.
Figura
7. Frederick Sandys, Medusa, 1875
Fuente: Victoria and Albert Museum[3].
Desde el punto de
vista iconográfico, en Womanhouse,
la imagen de la cabeza de la artista rodeada de libros y, rodeada de un espacio
plano y obscuro es una imagen limpia y potente. Al rodearse con un envoltorio
plástico, la cabeza queda separada del resto del mundo y rompe conexiones con
todo lo demás, excepto por el latiguillo de este material que cae hacia uno de
los márgenes de la fotografía, ese pequeño cordón umbilical que le une al
exterior.
El mensaje es
importante y se transmite con cierta hilaridad: es un toque informal que nos
hace pensar en imágenes de peluquería, en una transición hacia las mechas; que
también le da cierto aspecto de casco de astronauta, volando hacia nuevos
lugares y, que responde a la idea de Frías de dar siempre un toque humorístico
a sus creaciones. A su vez, enlaza de nuevo con la Medusa de Frederyck Sandys, donde también
flota o cuelga la imagen de esta en “un espacio incierto” (Bornay,
2021: 102), o no conocido.
Para resumir lo
analizado se ha creado una tabla a modo de esquema (Tabla 1), con los
resultados obtenidos, dando continuidad al modo de presentación de los mismos
en la primera investigación.
Tabla 1. Artistas y obras con las que transmiten
objetivos feministas,
según se han investigado en el artículo
|
CASA Y CUERPO |
|||||
|
|
Métodos expresivos |
Objetivos de las artistas |
Proyectos
artísticos, obras |
Años |
Feminismo 4ª ola |
|
Estibaliz Sádaba Murguía |
Cuerpo como lienzo para la casa. Cuerpo como espacio de experimentación. Cuerpo como casa. |
–Transmitir conocimiento feminista. –Relacionar espacio y memoria. –Reflexionar sobre la presencia de las mujeres en los
espacios privados y públicos a día de hoy. –Reflexionar sobre las interacciones entre los ámbitos
públicos y privados. –Relacionar la casa con las mujeres desde un ángulo
diferente al tradicional. |
Habitar el cuerpo |
2020-2024 |
Posicionamiento de las mujeres en espacios públicos y
privados. Posicionamiento de las mujeres en espacios domésticos. |
|
Verónica Ruth Frías |
Cabeza como espacio completo de la casa, metáfora del
conocimiento pleno, el que incluye a las mujeres. Cuerpo como casa. Las mujeres ocupan su espacio, su casa, el
conocimiento. |
–Transmitir conocimiento feminista. –Relacionar espacio y memoria. –Transmitir empoderamiento de las mujeres mediante el
conocimiento del feminismo y mujeres feministas relevantes. –Transmitir un nuevo concepto de la casa: la habitación
propia de las mujeres como espacio del conocimiento del feminismo, la
historia con las mujeres y artistas y su divulgación. –Relacionar la casa con las mujeres desde un ángulo
diferente al tradicional. |
Womanhouse |
2020 |
Empoderamiento de las mujeres a través del conocimiento
del feminismo: pensamiento, historia, arte que incluyen a las mujeres. |
Fuente: elaboración propia.
5. Conclusión
Se puede afirmar que
el feminismo ocupa un lugar relevante en la creación artística visual y actúa
enérgicamente a través de la casa y el cuerpo, transmitiendo un mensaje
adecuado al momento social actual en nuestra sociedad, dando visibilidad a las
mujeres y, promoviendo la igualdad desde hace ya medio siglo.
Este artículo supone
el comienzo de una nueva andadura que, a su vez, da continuidad a la primera
investigación La casa en la creación
artística visual y su relación con el feminismo (de 1970 a 2020). Esta se
remitía a los años setenta como comienzo de las reivindicaciones feministas
luchando por sus derechos a través de la casa y el cuerpo y, se constata que
entre 2020 y 2025 sigue siendo efectiva esta unión conceptual creativa.
Asimismo, el examen
llevado a cabo contribuye a crear una historiografía feminista del arte en el
contexto de nuestro país, en las últimas cinco décadas. De este modo se
visibiliza la creación artística visual de las mujeres y se divulga el
pensamiento feminista. En este intervalo temporal de cinco décadas y gracias al
feminismo, se han conseguido muchas mejoras para las mujeres. No obstante, a
día de hoy, se sigue necesitando un cambio social para conseguir la igualdad
real y, las artistas visuales continúan en esa lucha.
El arte visual es una
poderosa herramienta creativa que se sigue valiendo de conceptos tan potentes
como la idea de casa y el cuerpo humano, y que puede colaborar a este cambio.
La unión de estos conceptos provoca una sinergia acorde con el mensaje
feminista actual y, de hecho, las dos artistas de nuestra geografía cercana que
se han seleccionado se sirven de ellos con resultados intensos y enérgicos. Se
confirma así la pregunta formulada al comienzo del artículo, y se corrobora
que, actualmente se utilizan estos conceptos por artistas visuales feministas
para reflexionar sobre temas que conciernen a este movimiento social en su
lucha por la igualdad real.
Se percibe cómo se
cumplen los objetivos marcados y cómo se obtienen otras conclusiones. De este
modo se comprueba que ambas artistas, generan hibridaciones de intereses
artísticos y conceptuales, bien se utiliza la forma, la acción, la mujer y la
denuncia, en la obra de Sádaba Murguía; o la forma,
el objeto, la acción y la mujer, en el caso de Frías. En estos proyectos
artísticos se transmiten mensajes de índole social feminista unidos a la
reflexión y el empoderamiento. Ambas son conscientes de la importancia de la
divulgación del conocimiento feminista. Se evidencia cómo las mujeres, a través
de un discurso artístico corporal, han logrado posicionarse en el ámbito
doméstico y junto a él, fuera de los confinamientos impuestos históricamente
por el patriarcado y excluidas de la vida pública. Cada una de las artistas, no
obstante, mantiene un enfoque diferente.
Estibaliz Sádaba Murguía a través del cuerpo relaciona eficazmente la
memoria con una actuación sobre el pasado. La casa que le sugiere encierro y
reclusión acaba siendo borrada del cuerpo de las mujeres. Es un proyecto
artístico que implica reacción ante la unión de las mujeres y el espacio doméstico
en el pasado. Las mujeres son activas y se rebelan ante ello.
Por otra parte,
Verónica Ruth Frías, introduce a las
mujeres en una casa transformable que mira hacia el futuro, desde su propio
cuerpo como primer espacio que habitar, un hogar que propone el conocimiento de
la verdadera historia, la que incluye a las mujeres. Es una casa temporal,
transitoria, pero al final todo reside permanentemente en las mujeres, en su
cuerpo.
Las dos artistas
muestran de un modo visualmente muy efectivo la casa y el cuerpo. En ambas se
interpreta la relación casa-mujeres, a partir del cuerpo, que ha sido
reivindicado por estas desde hace ya medio siglo. El cuerpo de las mujeres es
de las mujeres y es el que habla para cambiar la identificación de la casa como
opresión, o darle nuevos significados al espacio. El cuerpo es casa.
En la elección de
estas artistas se ha podido observar, que la mayor parte de las personas que
trabajan en las artes visuales con denuncias feministas a través de la casa y
el cuerpo, son mujeres. Permanece vigente la pregunta planteada en la
investigación previa, la cual debería ser considerada por la sociedad. ¿Por qué
únicamente las mujeres se involucran?
De este modo, además
se contribuye a la obtención del objetivo de desarrollo sostenible número cinco
para lograr la igualdad y empoderamiento de las mujeres, según aprobó la ONU en
2015. Se señala que este artículo enriquece las conclusiones de la
investigación anterior para conseguir una visión de los últimos cincuenta años,
tanto desde la identificación de casa y cuerpo, como la de casa y mujer, con
una perspectiva actual del momento social que vivimos, sumido en la cuarta ola
feminista.
Se deja así la puerta
abierta a nuevas investigaciones y, se sugieren nuevas exploraciones y análisis
de la conjunción del cuerpo y la casa desde el arte visual feminista, que
divulguen el feminismo y visibilicen por tanto a las mujeres en estas últimas
cinco décadas.
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[1] Disponible en: http://catalogomuseo.flg.es/de/gemeinde/museoflg/ressource/los-reyes-catolicos-con-santa-elena-y-santa/5eafe361-8eb8-4138-9bf8-97dd22b6da91 [05/06/2025].
[2] El título Womanhouse
tiene una carga histórica y artística de significado feminista desde los años
setenta del pasado siglo. Fue en 1972 cuando dos profesoras y artistas
feministas, Judith Chicago y Miriam Schapiro, junto a sus alumnas, crearon la
obra expositiva Womanhouse, y esta
fue la primera vez que pudieron realizar una creación artística con una visión
feminista, como se apuntó en la primera investigación de la que parte este
artículo. Womanhouse consistió en una
instalación plural de obras artísticas feministas en todo el espacio de una
casa abandonada. Todo ello ocurre en los años en los que el feminismo parte del
cuerpo de la mujer para sus reivindicaciones, de ahí la frase “mi cuerpo es mío”.
También hace referencia a uno de los títulos empleados en multitud de obras de
la artista Louise Bourgeois; así como en creaciones de otras artistas también
relevantes, e incluso actuales.
[3] Disponible en: https://collections.vam.ac.uk/item/O15034/medusa-drawing-sandys-frederick/?carousel-image=2018KW5783 [01/06/2025].