Identificación de la juventud española con los
valores de igualdad.
El feminismo en el punto de mira
Identification of Spanish
youth with the values of equality.
Feminism in the spotlight
|
Ana
Goretty Padrón Armas |
Josué
Gutiérrez-Barroso |
Esther
Torrado-Martín-Palomino |
|
Instituto de Estudios Sociales Avanzados – CSIC – España |
Universidad de La Laguna – España |
Universidad de La Laguna – España |
Recibido: 12-02-2025
Aceptado: 09-06-2025
Resumen
Las desigualdades de género también
persisten en la juventud española. Este artículo explora su grado de
identificación con la lucha por la igualdad de género y el feminismo a través
de los resultados del INJUVE, con jóvenes de 14 a 29 años (n=5.265; M=22,27; DT=4,134; 50,6% mujeres y 49,4% hombres). Se trata de un estudio
comparativo a través de descriptivos, pruebas t de Student,
varianzas (ANOVA) y modelos de regresión. Los resultados evidencian una mayor
identificación con la igualdad de género en comparación con el feminismo.
Existen diferencias significativas según sexo. La ideología política y la
orientación sexual emergen como variables determinantes. Se concluye la necesidad de integrar la perspectiva de
género en políticas públicas interseccionales orientadas a promover mayor
equidad.
Palabras clave:
juventud, feminismo, igualdad de género, sexismo, socialización.
Abstract
Gender inequalities
also persist among Spanish youth.
This article explores their degree of identification with the struggle for
gender equality and feminism through the results of the INJUVE, among young people aged
14 to 29 years (n=5,265; M=22.27; SD=4.134; 50.6% female and 49.4% male). This is a comparative
study through descriptive, Student's t-tests, variances (ANOVA) and regression models. The results show a greater identification with gender equality
compared to feminism. There are significant differences according to sex. Political ideology and sexual orientation emerge as determining
variables. We conclude the need to integrate
a gender perspective in intersectional public policies aimed at promoting greater equity.
Keywords: youth, feminism, gender equality, sexism, socialization.
1. Introducción
A pesar de los
avances en materia de igualdad, la desigualdad de género persiste en diversos
ámbitos de la sociedad. La juventud española, en pleno proceso de
socialización, enfrenta contradicciones en un contexto formalmente igualitario,
pero en el que la violencia de género y la inequidad siguen siendo problemáticas
estructurales. Este artículo analiza cómo se posiciona la juventud española
ante esta realidad, profundizando en su percepción del sexismo ambivalente y su
grado de identificación diferenciada con la lucha por la igualdad de género y
el feminismo.
En las últimas
décadas, la identificación con la agenda feminista y la igualdad de género ha
cobrado relevancia en distintos sectores sociales. Sin embargo, el análisis del
Informe de Juventud Española (Pérez Díaz et al., 2021) revela
diferencias significativas en la forma en que estos conceptos son percibidos
por la juventud. Un análisis transversal de variables sociodemográficas permite
evidenciar el impacto de la socialización ideológica, las relaciones sexoafectivas y el sexo, como variable dicotómica, en la
construcción del pensamiento juvenil, así como en su salud y bienestar,
especialmente en el caso de las mujeres jóvenes. Los resultados obtenidos
permiten identificar las principales características del sexismo en la juventud
española, señalando los puntos clave para avanzar en la igualdad de género y en
la prevención de la violencia machista.
2. Objetivo
El objetivo principal
de este artículo es analizar el grado de identificación de la juventud española
con la lucha por la igualdad de género y el feminismo, examinando las
diferencias en función de variables sociodemográficas como edad, sexo,
orientación sexual, situación sentimental, ideología política y religiosidad.
Asimismo, se busca explorar cómo estas identificaciones influyen en la percepción
del sexismo ambivalente y en la aceptación de la violencia de género, con el
fin de aportar evidencias que contribuyan al diseño de políticas públicas y
estrategias educativas orientadas a la equidad y la prevención del sexismo en
la juventud.
3. Marco Teórico
Existen múltiples
definiciones sobre lo que constituye la juventud, muchas de las cuales van más
allá de un criterio meramente etario. Se ha conceptualizado esta etapa del
desarrollo humano como el tránsito “entre la dependencia infantil y la plena
inserción social” (Feixa, 1998, citado por Casal,
García, Merino, y Quesada, 2006: 28). No obstante, agrupar a las personas
exclusivamente por su edad resulta insuficiente para otorgarles una identidad
propia (Martín Criado, 1998). Por ello, aunque el INJUVE segmenta a la juventud
en función de la edad, es imprescindible considerar la complejidad de este
concepto desde una perspectiva multidimensional.
La socialización
patriarcal asigna roles de género desde edades tempranas, moldeando la forma en
que hombres y mujeres se perciben y relacionan en la sociedad. En el ámbito
educativo, los estereotipos de género influyen en la elección de estudios
superiores y en la percepción de habilidades y capacidades. Investigaciones
previas (Eagly y Wood, 2012) muestran que los niños
son socializados para valorar la competencia y la agresividad, mientras que a
las niñas se les inculcan valores asociados al cuidado y la empatía,
perpetuando desigualdades estructurales. Connell
(2005) expone cómo la socialización patriarcal genera disparidades en la
identificación con el feminismo. Este aspecto es crucial en la juventud
española, donde los valores tradicionales siguen influyendo en la percepción de
este movimiento. Este posible rechazo, particularmente entre los varones, se
explica en parte por el temor a perder privilegios asociados a los roles
tradicionales (INJUVE, 2020).
Al mismo tiempo, Walby (2020) sostiene que la juventud participa activamente
en la negociación de su identidad, integrando elementos del feminismo para
cuestionar los roles de género tradicionales y reivindicar un enfoque
interseccional que resignifique los valores de igualdad y justicia de género.
No obstante, Iglesias (2024) advierte cómo persisten y se renuevan los sexismos
en el imaginario juvenil, que, a pesar de los avances en materia de igualdad,
subsisten estereotipos de género que influyen en las percepciones y
comportamientos de la juventud.
Desde la teoría
feminista, el género se concibe no como un hecho biológico, sino como una
construcción histórica y normativa que legitima desigualdades. Este enfoque
crítico permite visibilizar cómo las jerarquías de género se producen y
reproducen socialmente, desafiando su aparente naturalidad (Amorós y De Miguel
Álvarez, 2005). Una de sus aportaciones más importantes ha sido cuestionar las narrativas dominantes, incluso en el sistema
académico o educativo, espacios de socialización adolescente y uno de los
ámbitos de mayor resistencia del poder masculino (Cobo, 2022).
La identificación con
la igualdad de género y el feminismo no puede desligarse de los procesos de
socialización que estructuran la experiencia subjetiva y colectiva. En La
socialización del género, Torrado Martín-Palomino (2022) apela a tres
conceptos claves en este sentido. Primero, la “socialización diferencial” de
género, que constituye un mecanismo esencial de reproducción simbólica y
material del patriarcado, al asignar desde edades tempranas normas, valores y
expectativas distintas a mujeres y hombres. Este aprendizaje desigual se ve
reforzado por dinámicas de “fratría”, el segundo de los elementos, que hace
referencia a como los vínculos sociales y simbólicos entre varones consolidan
la pertenencia a un orden masculino jerárquico, que premia la distancia
respecto a lo femenino. Por último, la “homofilia
social”, tendencia a relacionarse dentro de grupos afines, reforzando creencias
compartidas y limitando el contacto con perspectivas disidentes. Así, las
actitudes hacia el feminismo se configuran en gran parte a través de estos
procesos sociales, donde la pertenencia a contextos conservadores actúa como
freno a la interiorización de valores igualitarios (Torrado Martín-Palomino,
2022).
Si bien el feminismo
ha sido clave en la deconstrucción de estereotipos y en la lucha contra
desigualdades estructurales, también es importante reconocer que las
diferencias biológicas entre los sexos pueden influir en la manifestación de
ciertos comportamientos, como la agresividad, lo que a su vez impacta en la
salud y el bienestar individual y colectivo, tal y como recoge Archer (2004).
El propio diseño del
cuestionario del INJUVE, que distingue entre identificación con el feminismo e
identificación con la igualdad de género, pone de manifiesto diferencias en la
percepción social de ambos conceptos. Mientras la igualdad de género se concibe
como un derecho humano fundamental que garantiza la equidad en derechos,
responsabilidades y oportunidades (ONU, 2015), Sau
(2000) sostiene que el feminismo se entiende como un movimiento que lucha
contra la opresión estructural. Esta distinción influye en la manera en que la
juventud española se identifica con ambos términos, en parte debido al estigma
que con frecuencia acompaña al feminismo (Gómez-Ramírez y Reyes Cruz, 2008) y a
la reticencia de algunos jóvenes a “saberse parte de un grupo oprimido” (De
Miguel, 2008: 34). No obstante, la emancipación de las mujeres y su
empoderamiento en la esfera pública han sido avances sociales fundamentales,
impulsados por la influencia del feminismo en la transformación de los valores
sociales (Alberdi, Escario y Matas, 2000).
El concepto de
sexismo ambivalente, desarrollado por Glick y Fiske (1996), sostiene que el sexismo tiene dos
dimensiones: hostil y benévola. Mientras la primera implica actitudes
abiertamente negativas hacia las mujeres, la segunda, aunque en apariencia
positiva, refuerza estereotipos tradicionales y limita oportunidades. Esta
dicotomía afecta la percepción de la igualdad de género entre los jóvenes, ya
que muchos varones tienden a minimizar actitudes o violencias machistas,
mientras que las mujeres perciben su impacto de forma más directa (Pérez Díaz et
al., 2021). Aunque, tal y como afirma Cacace
(2006) se tiende a atribuir a factores no sistémicos. De esta manera, la violencia
simbólica va reforzando desigualdades de género y normalizando ciertas
actitudes sexistas entre los jóvenes.
La violencia de
pareja, incluida la violencia en el noviazgo adolescente, es otra problemática
relevante con consecuencias en la salud física y mental de las mujeres (Sanz,
Barón y Vives, 2019; Vives et al., 2021). Esta forma de violencia no
solo afecta a las víctimas directas, sino que también repercute en el entorno
familiar y social, influyendo en indicadores de salud como el dolor crónico, la
ansiedad y la angustia (Sanz, Rey y Otero, 2014). La perspectiva de género
aplicada al estudio de la salud permite visibilizar las diferencias y
desigualdades entre hombres y mujeres (Bacigalupe,
Cabezas, Baza y Martín, 2020). La incorporación de esta perspectiva, basada en
la teoría feminista, ofrece un marco analítico más amplio para comprender cómo
los mandatos de género influyen en procesos relacionados con la salud (Del Amo
y Pérez, 2018; Gutiérrez et al., 2024).
Por último, la
identificación ideológica y la influencia de la religiosidad también desempeñan
un papel clave en la construcción de la identidad juvenil. A pesar de la
aparente desafección política (Benedicto, 2008), el universo político de la
juventud es heterogéneo y va más allá de las clasificaciones tradicionales (Betancor y Gutiérrez, 2015). En cuanto a la religiosidad,
aunque la mayoría de las doctrinas promueven la igualdad, también han
contribuido históricamente a la reproducción de modelos patriarcales que
marginan a las mujeres (Alonso Seoane, 2019; Cordero
del Castillo, 2001).
4. Metodología
4.1. Diseño
de la investigación
Estudio transversal
descriptivo con enfoque cuantitativo, cuyo objetivo fue analizar y comparar la
identificación de la juventud española con la lucha por la igualdad de género y
el feminismo.
4.2.
Participantes
La población objeto
de estudio fueron personas jóvenes (entre 14 y 29 años) de todo el territorio
nacional español. La muestra, o número total de personas que participaron en la
investigación fue 5.265, de las cuales el 50,56% fueron mujeres y el 49,4%
hombres (n=5.265; M=22,27; DT=4,134).
4.3.
Instrumento y Procedimiento
Cuestionario
del Instituto de Juventud de España (Pérez Díaz et al., 2021)
semiestructurado mediante tablet (CAPI) integrado por
107 preguntas, más 7 para el establecimiento de cuotas de sexo, edad, Comunidad
Autónoma y hábitat. Se realizaron dos modelos de cuestionarios, cada uno de
ellos fue respondido por la mitad de las personas entrevistadas. Las dos
preguntas objeto de análisis de este artículo se incluían en uno u otro
cuestionario, por lo que ambas fueron contestadas por el 50% de la muestra.
4.4. Análisis
estadístico
Se establece como
variables dependientes, u objeto de estudio, la identificación de la juventud
española con la lucha por la igualdad de género y con el feminismo. Las
variables independientes analizadas son edad, sexo, ideología política,
religiosidad, orientación sexual y situación sentimental. Se realizaron los
análisis estadísticos utilizando el software SPSS, versión 25. En primer lugar,
se llevaron a cabo análisis descriptivos para resumir las principales
características de la muestra. Además, se evaluaron las relaciones entre
variables mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Para la
comparación entre grupos, se aplicaron la prueba t de Student
y el análisis de varianza (ANOVA), permitiendo identificar diferencias
significativas en las variables de interés. Finalmente, se desarrolló un modelo
estadístico para explicar la varianza en la variable dependiente. Se estableció
un nivel de significación de p < 0.05 en todas las pruebas.
5. Resultados
Los datos reflejan
una preferencia por la igualdad de género sobre el feminismo. Esto queda
constatado con la diferencia de medias y la desviación estándar, pero también
con los porcentajes sobre la máxima y la mínima puntuación posible para cada
una de las variables objetivo. La tabla 1 también muestra y compara los
resultados referidos al interés mostrado por temas de desigualdad entre mujeres
y hombres.
Tabla 1. Variables
Objetivo e interés por temas de desigualdad entre hombres y mujeres
|
Variables
Objetivo |
N |
Media |
Desviación
Estándar |
Puntuación
10* |
Puntuación
0* |
|
Identificación
con la lucha del Feminismo |
2572 |
7,19 |
2,81 |
31,30% |
4,70% |
|
Identificación
con la lucha de la Igualdad de género |
2589 |
7,78 |
2,48 |
37,80% |
2,60% |
|
Interés
por temas de desigualdad entre hombres y mujeres |
2602 |
8,23 |
2,25 |
43% |
2,40% |
|
*Escala
de 0 a 10. |
|||||
Fuente:
elaboración propia.
El interés que
muestra la juventud española por temas relacionados con las desigualdades entre hombres y mujeres
tiene una correlación positiva moderada en su identificación con la lucha por
la igualdad de género y por el feminismo (Tabla 2).
Tabla 2. Análisis de
Correlación de Pearson de las variables objetivo e interés por temas
relacionados con las desigualdades entre hombres y mujeres
|
Variables
Objetivo |
Correlación
Pearson |
Desigualdades
entre hombres y mujeres |
Igualdad
de género |
Feminismo |
|
Desigualdades
entre hombres y mujeres |
Correlación |
|
,393 |
,350 |
|
Sig.
(bilateral) |
|
0 |
0 |
|
|
N |
2602 |
1168 |
1292 |
|
|
Igualdad
de género |
Correlación |
,393 |
1 |
.b |
|
Sig.
(bilateral) |
0 |
|
. |
|
|
N |
1168 |
2522 |
0 |
|
|
Feminismo |
Correlación |
,350 |
.b |
1 |
|
Sig.
(bilateral) |
0 |
. |
|
|
|
N |
1292 |
0 |
2452 |
La
correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas). b No se puede calcular
porque, como mínimo, una es constante.
Fuente:
elaboración propia.
La tabla 3 muestra
los resultados obtenidos para las variables dicotómicas independientes sexo y religiosidad con la prueba T de Student.
De manera genérica, las medias más altas las encontramos en las mujeres respecto
a los hombres, en la igualdad de género frente al feminismo, y en las personas
no creyentes frente a las creyentes. En concreto, existen diferencias
estadísticamente significativas en la identificación con la igualdad de género
(t(2467,81) = -14,162, p = 0,00) y el feminismo (t(2402,93)= -18,609, p= 0,00)
entre hombres y mujeres. Las mujeres presentan medias significativamente más
altas en ambas variables en comparación con los hombres. Respecto a la
religiosidad (creyente / no creyente), esta variable es estadísticamente
significativa para las mujeres, tanto para la igualdad de género (t(1,1103)=
-5,133, p= 0,00) como respecto al feminismo (t(1,1107)= -5,538, p= 0,00), pero
no para los hombres, ni para la igualdad de género (t(1,1037)= -3,335, p= 0,62)
ni para el feminismo (t(1,950)= -3,019, p= 0,86).
Tabla 3. Resultados Prueba T variables independientes:
sexo y religiosidad
|
Sexo |
Variables
dependientes |
Variables
independientes |
N |
Media |
Std. Deviation |
Dif. Medias |
Asumen
varianzas |
p-value |
|
Sexo |
||||||||
|
Varón |
Igualdad
de género |
Hombre |
1285 |
7,11 |
2,621 |
-1,33 |
Distintas |
0,00 |
|
Mujer |
Mujer |
1304 |
8,44 |
2,128 |
||||
|
Varón |
Feminismo |
Hombre |
1242 |
6,18 |
2,896 |
-1,95 |
Distintas |
0,00 |
|
Mujer |
Mujer |
1330 |
8,13 |
2,373 |
||||
|
Religiosidad |
||||||||
|
Varón |
Igualdad
de género |
Creyente |
483 |
7,22 |
2,271 |
-0,457 |
Iguales |
0,621 |
|
No
Creyente |
556 |
7,67 |
2,143 |
-0,457 |
||||
|
Feminismo |
Creyente |
453 |
6,49 |
2,345 |
-0,466 |
Iguales |
0,860 |
|
|
No
Creyente |
499 |
6,96 |
2,405 |
-0,466 |
||||
|
Mujer |
Igualdad
de género |
Creyente |
559 |
8,28 |
1,942 |
-0,578 |
Distintas |
0,008 |
|
No Creyente |
546 |
8,86 |
1,801 |
-0,578 |
||||
|
Feminismo |
Creyente |
606 |
7,99 |
2,256 |
-0,689 |
Distintas |
0,000 |
|
|
No
Creyente |
503 |
8,68 |
1,888 |
-0,689 |
||||
Fuente:
elaboración propia.
La tabla 4 muestra
los resultados de la prueba ANOVA según las variables edad por Intervalos, e ideología
política. De manera genérica, las medias más altas corresponden a las
mujeres frente a los hombres, y a las personas de izquierda frente a las de
centro o derecha. Respecto a la edad, varía en función del sexo y las variables
dependientes.
De manera específica,
la prueba ANOVA revela diferencias significativas según la edad en las mujeres
respecto a la identificación con la igualdad de género (F(2,1287) = 4,219, p =
0,01) y con el feminismo (F(2,1302) = 2,845, p = 0,05). Entre los hombres,
existe diferencias estadísticamente significativas según la edad respecto al
feminismo (F(2,1144) = 5,775, p = 0,00), pero no respecto a la igualdad de
género (F(2,1229) = 1,599, p = 0,20). Las personas entre 20 y 24 años,
intervalo intermedio, tienen las medias más altas, salvo los hombres de 25 a 29
respecto a la igualdad de género.
La significación de
la ideología política afecta a mujeres y a hombres, tanto en la igualdad de
género como en el feminismo. A través de la prueba ANOVA se obtuvieron los
siguientes resultados respecto a las mujeres e igualdad de género (F(2,107) =
22,678, p = 0,00) y feminismo (F(2,112) = 37,448, p = 0,00), como los hombres,
respectivamente (F(2,104) = 20,590, p = 0,00) y (F(2,971) = 27,278, p = 0,00).
Tabla 4. Prueba Anova variables
independientes: edad (intervalos)
e ideología política (izquierda, centro, derecha)
|
Sexo |
Variable
dependiente |
Variables
independientes1 |
N |
Media |
Std. Deviation |
Asumen
varianzas2 |
p-value |
|
Edad
(intervalos) |
|||||||
|
Varón |
Igualdad
de género |
15 a
19 años |
418 |
7,27 |
2,265 |
Iguales |
0,202 |
|
20 a
24 años |
377 |
7,42 |
2,212 |
||||
|
25 a
29 años |
437 |
7,54 |
2,158 |
||||
|
Feminismo |
15 a
19 años |
360 |
6,59 |
2,420 |
Iguales |
0,003 |
|
|
20 a
24 años |
374 |
7,03 |
2,254 |
||||
|
25 a
29 años |
413 |
6,48 |
2,417 |
||||
|
Mujer |
Igualdad
de género |
15 a
19 años |
425 |
8,43 |
2,032 |
Distintas |
0,015 |
|
20 a
24 años |
444 |
8,74 |
1,793 |
||||
|
25 a
29 años |
421 |
8,40 |
2,003 |
||||
|
Feminismo |
15 a
19 años |
399 |
8,36 |
2,127 |
Iguales |
0,059 |
|
|
20 a
24 años |
455 |
8,42 |
2,039 |
||||
|
25 a
29 años |
451 |
8,10 |
2,152 |
||||
|
Ideología
política |
|||||||
|
Varón |
Igualdad
de género |
Izquierda |
541 |
7,91 |
2,000 |
Distintas |
0,000 |
|
Centro |
302 |
7,34 |
2,211 |
||||
|
Derecha |
206 |
6,84 |
2,339 |
||||
|
Feminismo |
Izquierda |
496 |
7,28 |
2,262 |
Iguales |
0,000 |
|
|
Centro |
280 |
6,46 |
2,273 |
||||
|
Derecha |
198 |
5,95 |
2,465 |
||||
|
Mujer |
Igualdad
de género |
Izquierda |
601 |
9,00 |
1,600 |
Distintas |
0,000 |
|
Centro |
264 |
8,27 |
2,108 |
||||
|
Derecha |
208 |
8,21 |
1,994 |
||||
|
Feminismo |
Izquierda |
658 |
8,83 |
1,750 |
Distintas |
0,000 |
|
|
Centro |
280 |
7,85 |
2,261 |
||||
|
Derecha |
185 |
7,74 |
2,124 |
||||
1
Prueba de homogeneidad. * p-value<0,1. ** p-value<0,05. *** p-value<0,01
Fuente:
elaboración propia.
La tabla 5 muestra
los resultados relativos a variables sexo afectivas, como son la orientación
sexual y la situación sentimental. De manera genérica, los hombres
heterosexuales y los que nunca han tenido pareja tienen las medias más bajas
para ambos conceptos (igualdad de género y feminismo). Sin embargo, aunque las
mujeres que nunca han tenido pareja también tienen las medias más bajas,
respecto a la orientación sexual, son las homosexuales quienes menos se
identifican con la lucha por la igualdad de género y el feminismo.
Por un lado, la
prueba ANOVA muestra cómo la orientación sexual ofrece diferencias estadísticamente
significativas tanto en hombres para la igualdad de género (F(4,1227) = 8,702,
p= 0,00) y el feminismo (F(4,1142) = 12,299, p = 0,00), como en mujeres,
(F(4,1285) = 7,01, p = 0,00) (F(4,13) = 6,892, p = 0,00) respectivamente.
Por otra parte, la
prueba ANOVA refleja que la situación sentimental es estadísticamente
significativa para ellos, tanto para la igualdad de género (F(3.1201) = 4.98, p
= 0.00) como para el feminismo (F(3.1106) = 4.719, p = 0.00). Pero no para
ellas, ni para una (F(3.125) = 2.063, p = 0.10) ni para la otra (F(3.1258) =
1.646, p = 0.17).
Tabla 5. Prueba Anova variables
independientes: orientación sexual (homosexual, heterosexual, bisexual) y
situación sentimental (pareja estable o esporádica, sin pareja actual o nunca)
|
Sexo |
Variable
dependiente |
Variables
independientes1 |
N |
Media |
Std. Deviation |
Asumen varianzas2 |
p-value |
|
|||||||||||||
|
Orientación sexual |
|
||||||||||||||||||||
|
Varón |
Igualdad de género |
Homosexual |
126 |
8,33 |
2,105 |
Iguales |
0,000 |
|
|||||||||||||
|
Heterosexual |
984 |
7,23 |
2,198 |
|
|||||||||||||||||
|
Bisexual |
60 |
7,93 |
2,421 |
|
|||||||||||||||||
|
Total |
1170 |
7,83 |
2,241 |
|
|||||||||||||||||
|
Feminismo |
Homosexual |
123 |
7,59 |
2,176 |
Iguales |
0,000 |
|
||||||||||||||
|
Heterosexual |
906 |
6,45 |
2,364 |
|
|||||||||||||||||
|
Bisexual |
64 |
7,69 |
1,999 |
|
|||||||||||||||||
|
Total |
1093 |
7,24 |
2,180 |
|
|||||||||||||||||
|
Mujer |
Igualdad de género |
Heterosexual |
971 |
8,48 |
1,977 |
Distintas |
0,000 |
|
|||||||||||||
|
Homosexual |
58 |
7,86 |
2,395 |
|
|||||||||||||||||
|
Bisexual |
158 |
9,17 |
1,424 |
|
|||||||||||||||||
|
Total |
1187 |
8,50 |
1,932 |
|
|||||||||||||||||
|
Feminismo |
Heterosexual |
973 |
8,20 |
2,113 |
Distintas |
0,000 |
|
||||||||||||||
|
Homosexual |
100 |
7,85 |
2,463 |
|
|||||||||||||||||
|
Bisexual |
155 |
9,01 |
1,663 |
|
|||||||||||||||||
|
Total |
1228 |
8,35 |
2,080 |
|
|||||||||||||||||
|
Situación
sentimental |
|
||||||||||||||||||||
|
Varón |
Igualdad de género |
Pareja estable |
423 |
7,58 |
2,206 |
Iguales |
0,002 |
||||||||||||||
|
Pareja/s esporádica/s |
119 |
7,55 |
2,224 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja actual |
528 |
7,40 |
2,149 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja nunca |
135 |
6,75 |
2,455 |
||||||||||||||||||
|
Total |
1205 |
7,40 |
2,223 |
||||||||||||||||||
|
Feminismo |
Pareja estable |
397 |
6,90 |
2,360 |
Iguales |
0,003 |
|||||||||||||||
|
Pareja/s esporádica/s |
111 |
6,74 |
2,392 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja actual |
477 |
6,62 |
2,364 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja nunca |
125 |
5,99 |
2,378 |
||||||||||||||||||
|
Total |
1110 |
6,66 |
2,379 |
||||||||||||||||||
|
Mujer |
Igualdad de género |
Pareja estable |
540 |
8,63 |
1,857 |
Distintas |
0,103 |
||||||||||||||
|
Pareja/s esporádica/s |
90 |
8,46 |
1,855 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja actual |
499 |
8,60 |
1,885 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja nunca |
125 |
8,18 |
2,325 |
||||||||||||||||||
|
Total |
1254 |
8,56 |
1,922 |
||||||||||||||||||
|
Feminismo |
Pareja estable |
552 |
8,25 |
2,063 |
Iguales |
0,177 |
|||||||||||||||
|
Pareja/s esporádica/s |
89 |
8,72 |
1,877 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja actual |
473 |
8,29 |
2,206 |
||||||||||||||||||
|
Sin pareja nunca |
148 |
8,11 |
2,158 |
||||||||||||||||||
|
Total |
1262 |
8,28 |
2,118 |
||||||||||||||||||
1 Prueba de homogeneidad * p-value<0,1. **
p-value<0,05. *** p-value<0,01
Fuente: elaboración
propia.
Una vez finalizado
los análisis bivariados, se procede a exponer los
resultados del análisis multivariado realizado con aquellas variables que han resultado
ser más significativas (Tabla 6). Éstas son el sexo/género; la ideología
política; y la sexualidad. Los resultados ofrecen dos modelos, uno para cada
una de las variables objetivo.
Tabla 6. Resultados de los Modelos
|
|
Igualdad de género |
Feminismo |
|
|
Modelo 1 |
Modelo 2 |
|
Mujer (ref.Varón) |
0,730 (0,170)*** |
1,194 (0,251)*** |
|
Izquierda (ref. Derecha) |
0,990 (0,094)*** |
1,122 (0,236)*** |
|
Centro (ref. Derecha) |
0,407 (0,079)*** |
0,272 (0,048)** |
|
Solo Hombres (ref. Solo mujeres) |
0,490 (0,113)*** |
0,422 (0,088)** |
|
Tanto hombres como mujeres (ref. Solo mujeres) |
0,762 (0,099)*** |
0,912 (0,110)*** |
|
Constante |
6,790*** |
6,049*** |
|
R2 |
0,122 |
0,173 |
|
p-valor ANOVA |
0.00 |
0.00 |
|
N |
2522 |
2452 |
* p-value<0,1. ** p-value<0,05. *** p-value<0,01
Fuente:
elaboración propia.
En el Modelo 1 se
observa como la variabilidad de la identificación con la lucha por la Igualdad
de género queda explicada en un 12% por las variables sexo, ideología política
y orientación sexual. La que mayor peso tiene es la ideología política de
izquierdas, seguido de ser mujer. En cuanto a la sexualidad, la bisexualidad
tiene más peso que sentir atracción solo por los hombres. Es decir, se puede
predecir la identificación de la juventud española con la lucha por la Igualdad
de género con las variables sexo/género, ideología política y sexualidad. La
ecuación de la regresión es estadísticamente significativa:
Identificación con la lucha por la
Igualdad de género
= 6,790 + 0,990 * (izquierda) + 0,762 * (bisexual) + 0,730 * (mujer)
En el modelo 2 queda
aún más explicada la variabilidad de la identificación con la lucha por el
Feminismo, el 17%. En este caso, la variable que más peso tiene es ser mujer y
en segundo lugar ser de izquierda. Respecto a la sexualidad, las personas
bisexuales son las que más peso tienen a la hora de explicar el modelo. Es
decir, se puede predecir la identificación de la juventud española con la lucha
por el Feminismo con las variables sexo/género, ideología política y
sexualidad. La ecuación de la regresión es estadísticamente significativa:
Identificación con la lucha por el
Feminismo
= 6,049 + 1,194 * (mujer) + 1,122 *
(izquierda) + 0,912 * (bisexual)
En ambas ecuaciones
se incluyen las tres categorías de variables más importantes, ya que todas han
resultado ser significativas para ambos modelos y no se descarta ninguna. La
variabilidad de la identificación de la juventud española con la lucha por la
Igualdad de género y el Feminismo puede explicarse con variables
sociodemográficas (sexo), ideológico-religiosas (ideología política) y
afectivo-sexuales (orientación sexual).
6. Discusión
Los resultados muestran una
discrepancia significativa en la identificación de la juventud española con la
igualdad de género en comparación con el feminismo, siendo la igualdad de
género un término más aceptado. Esto se debe, en parte, a la connotación
política y a los estereotipos que rodean al feminismo, frecuentemente asociado,
de manera errónea, con posturas extremistas (Gómez-Ramírez y Reyes Cruz, 2008).
En este sentido, el feminismo sigue siendo un concepto controvertido,
especialmente entre los varones, las personas con ideología política más
conservadora y quienes se identifican con creencias religiosas. El feminismo
ofrece herramientas analíticas y transformadoras para cuestionar el orden de
género. En el caso de la juventud, su identificación con esta perspectiva
revela tensiones entre discursos igualitarios y resistencias culturales aún
presentes (Amorós y De Miguel Álvarez, 2005).
Desde la perspectiva
de Silvia Walby, la alta identificación con la lucha
por la igualdad de género y el feminismo resulta especialmente relevante, ya
que, a pesar de la persistencia de estereotipos y resistencias culturales, el
feminismo actúa como un recurso clave para desafiar las estructuras
tradicionales y fomentar el cambio social. Así mismo, y a pesar de las
resistencias del poder masculino (Cobo, 2022), la teoría feminista también ha
permeado en la juventud española para poder deconstruir los procesos culturales
y normativos de opresión de género.Sin embargo, este
impacto es más evidente entre las mujeres jóvenes.
Los resultados
sugieren que los varones jóvenes, en base a una menor identificación con la
lucha por el feminismo, pueden no sentirse interpelados respecto a la agenda
feminista y percibir los problemas de género como cuestiones que solo afectan a
las mujeres (Millet, 1970), en lugar
responsabilizarse y reconocerlos como fenómenos sistémicos, estructurales y
políticos. Esta visión minimiza la responsabilidad tanto individual como social
y subestima el papel de las políticas públicas en la promoción de la igualdad
de género. En consonancia con otras investigaciones, se observa como los
varones tienen mayor resistencia a reconocer desigualdades estructurales debido
a su socialización en una cultura que minimiza la violencia simbólica.
La comprensión de las
diferencias dicotómicas de sexo y la configuración de las expectativas de
género influye de manera significativa en el bienestar de la juventud española
y en la efectividad de las políticas públicas destinadas a garantizar la
equidad (Archer, 2004). En este sentido, los
hallazgos refuerzan investigaciones previas que indican que el machismo sigue
estando presente en la juventud, con implicaciones directas en la percepción de
la violencia contra las mujeres (Gutiérrez et al., 2024). Si bien la
relación entre el sexismo hostil y la violencia de género ha sido ampliamente
documentada, este estudio también pone en evidencia el papel del sexismo
benevolente, el cual, aunque menos explícito, refuerza estereotipos
tradicionales y limita las oportunidades de las mujeres.
La conexión entre el
sexismo ambivalente y la violencia de género entre los jóvenes sigue siendo un
aspecto crucial para entender la persistencia de actitudes de dominación y
control en las relaciones de pareja. Diversas investigaciones han señalado que
el sexismo hostil en adolescentes está fuertemente asociado con comportamientos
violentos dentro de la pareja, lo que subraya la importancia de abordar estas
actitudes desde edades tempranas como medida preventiva (Madrona-Bonastre et al., 2023). Además, los resultados
sugieren que la mayor identificación de la juventud española con la igualdad de
género, en comparación con el feminismo, podría estar influenciada por la
persistencia de valores tradicionales y estereotipados, manifestados en la
prevalencia del sexismo benevolente. Aunque a menudo se percibe como
inofensivo, este tipo de sexismo mantiene una visión de los roles de género
rígida y asimétrica, obstaculizando el avance hacia una igualdad real.
El análisis también
evidencia que las mujeres jóvenes presentan una mayor identificación con ambos
conceptos en comparación con los hombres, lo que refleja el impacto de la
socialización de género. Asimismo, se observa que la identificación con el
feminismo y la igualdad de género es significativamente menor entre los jóvenes
que nunca han tenido una relación de pareja, lo que podría indicar un menor
desarrollo de empatía hacia las problemáticas de género (Jonasdottir,
1993). Los consumos culturales pueden estar incidiendo en estas diferencias por
sexo. Díaz, Torrado y Gutiérrez (2023) advierten de las consecuencias del
consumo de pornografía, ya que constituye una escuela de desigualdad donde
jóvenes y adolescentes se socializan en unas actitudes violentas hacia las
mujeres.
Las mujeres jóvenes
que se identifican con el feminismo tienden a mostrar una menor tolerancia
hacia conductas de control y violencia en las relaciones de pareja, como se ha
evidenciado en estudios previos (Vives et al., 2021). Esto tiene
implicaciones directas en la salud, tanto física como emocional, de las mujeres
jóvenes, ya que las víctimas de violencia de género presentan tasas más
elevadas de ansiedad, depresión y dolor crónico. Estos hallazgos refuerzan la
noción de que la violencia de género no solo es una manifestación de
desigualdad de poder, sino también un problema de salud pública con un impacto
significativo en el bienestar de las mujeres (Sanz, Rey y Otero, 2014). Los
datos obtenidos que indican una menor implicación en la lucha por la igualdad
de género y el feminismo, influido por diversos factores (sexo, ideología
política, religiosidad, entre otros), puede contribuir a invisibilizar
diversas formas de sexismo y a normalizar la violencia machista. La
reivindicación y conceptualización de este tipo de violencia por parte de la
teoría feminista, así como la inclusión en su agenda política, favorece su
identificación, visibilidad y denuncia.
Finalmente, en cuanto
a la orientación sexual, los resultados son consistentes con estudios previos
que sugieren que la atracción no heterosexual parece estar asociada a valores
de igualdad de género (Madrona-Bonastre et al.,
2023). Este hallazgo refuerza la idea de que la diversidad sexual puede
desempeñar un papel en la deconstrucción de los roles de género tradicionales y
en la adopción de perspectivas más igualitarias.
Por lo tanto, dado
que la población objeto de estudio se encuentra en un proceso de formación no
solo académico, sino también vital, la pedagogía feminista proporciona
herramientas esenciales para reflexionar sobre las dinámicas de poder y las
expectativas sociales impuestas sobre hombres y mujeres. Esto resulta
fundamental para cuestionar el sexismo estructural y promover una cultura más
igualitaria entre la juventud (Revelles y Ramos,
2019). De acuerdo con Iglesias (2024), urge la necesidad imperiosa de
implementar una coeducación efectiva en todos los ámbitos educativos, capaz de
combatir las resistencias que aún enfrentan las iniciativas feministas y de
igualdad de género arraigada en la sociedad.
La mayor
identificación de las mujeres frente a los hombres pone en evidencia los
efectos persistentes de la socialización diferencial: mientras a ellas se les
educa en valores relacionales y de cuidado, a ellos se les instruye en el
desapego emocional y en la reafirmación de privilegios. En paralelo, la menor
identificación en varones podría explicarse por la pervivencia de dinámicas de
fratría que refuerzan formas tradicionales de masculinidad, resistentes a los
discursos feministas. Además, la homofilia social se
expresa claramente en los datos: los jóvenes de ideología de derechas,
religiosos o heterosexuales tienden a agruparse en entornos donde el feminismo
es percibido como una amenaza al statu quo, reproduciendo creencias contrarias
a la igualdad. En cambio, los espacios más permeables a la diversidad, como
aquellos en los que se expresan identidades sexuales no normativas o posturas
políticas progresistas, favorecen la identificación con el feminismo y la
igualdad de género al fomentar una mayor exposición a discursos críticos y
transformadores (Torrado Martín-Palomino, 2022).
7. Conclusiones
El sexismo, entendido
como un sistema de creencias que perpetúa la desigualdad de género, está
estrechamente relacionado con la violencia de género en la juventud. Los
resultados de este estudio confirman que el rechazo al movimiento feminista
puede estar vinculado con la persistencia del sexismo en adolescentes, lo que
resalta la necesidad de continuar profundizando en su análisis desde la
academia. Para ello, es fundamental seguir considerando variables como el sexo
y la edad, la ideología política y el activismo, el deseo y la orientación
sexual, las dinámicas de relaciones interpersonales, los flujos migratorios y
el nivel socioeconómico en futuras investigaciones científicas. Asimismo, estas
variables deben guiar el diseño de intervenciones públicas dirigidas a la
prevención de la violencia contra las mujeres y la promoción de la salud mental
en la juventud.
Los hallazgos
evidencian la necesidad de fortalecer la inclusión de una perspectiva de género
en estudios académicos y políticas públicas, con el objetivo de abordar tanto
la desigualdad percibida como la internalización de prejuicios sexistas
ambivalentes. En este sentido, sería recomendable que el INJUVE y otros
informes sobre juventud mantengan la evaluación periódica de estas cuestiones,
asegurando así un seguimiento riguroso del impacto de las políticas de igualdad
en la población joven.
Además, este estudio
subraya la importancia de seguir promoviendo una comprensión profunda y
matizada del feminismo y la igualdad de género entre la juventud, dado que
estas cuestiones están directamente relacionadas con la salud y el bienestar de
las mujeres, así como con la prevención de la violencia de género. La
incorporación de estos temas en los programas educativos resulta clave para
reducir el sexismo ambivalente y fomentar actitudes igualitarias que
contribuyan a una mejora de la calidad de vida en toda la sociedad.
Los resultados
también destacan la urgencia de implementar programas de educación en igualdad
con una perspectiva feminista desde edades tempranas, con el fin de mitigar
actitudes sexistas y reducir la tolerancia hacia la violencia, particularmente
en el ámbito de las relaciones de pareja en jóvenes. En este contexto, las
dinámicas transformadoras y la interseccionalidad cobran especial relevancia,
dado que permiten una aproximación integral que contemple los impactos del
machismo y la violencia de género en la salud física y mental de las mujeres.
Como limitaciones de
este estudio, la fecha de los datos analizados corresponde al 2020, fecha del
último INJUVE (2021). Los resultados pueden haber sufrido modificaciones
significativas en estos últimos años. En este sentido, sería recomendable que
en el próximo informe, dicha institución incluyera de nuevo las preguntas que
han sido objeto de estudio en este artículo.
Todos estos hallazgos
confirman la influencia estructural de los procesos de socialización y
agrupación social en la identificación juvenil con la igualdad de género y el
feminismo. Queda patente la necesidad de una intervención integral que no solo
promueva la igualdad de género, sino que también ofrezca recursos de apoyo y
educación emocional para la sociedad en su conjunto, con especial atención a la
población joven. Solo a través de una estrategia multidimensional, que abarque
la educación, la salud y la acción institucional, será posible avanzar de manera
efectiva hacia una sociedad más equitativa y libre de violencia de género.
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